Más allá de los muros

Más allá de los muros 

Cuerpo Espacio Existencia

    La relación entre un cuerpo y un espacio ha sido elemento de estudio a lo largo de la historia pues, estos constituyen un campo de reflexión interdisciplinar entre arquitectura y filosofía que va más allá de una dimensión física tangible para dar paso a una comprensión fenomenológica de las diferentes experiencias espaciales. Han sido diferentes pensadores los que han contribuido al esclarecimiento de un interacción hasta ahora compleja, recurriendo a diferentes perspectivas que develan cómo el cuerpo no sólo habita el espacio sino que además lo construye, lo interpreta y finalmente lo significa.

    Zevi supone el espacio como una experiencia vivencial pues, para él, la arquitectura va más allá de geometría o volumetría; la arquitectura debería tener a consideración las sensaciones y el movimiento del cuerpo como elementos principales de la comprensión espacial. Pero el cuerpo no es un elemento pasivo o al menos no debería serlo al ocupar un espacio, sino que este debería actuar como un agente activo que da un sentido y que logra configurar un experiencia mediante la percepción y el movimiento en la arquitectura.

    De acuerdo con esto, se introduce el raumgestaltung, concepto acuñado por Schmarsow que se refiere a la corporeidad espacial como génesis de la arquitectura desde la capacidad que posee un cuerpo para moverse, experimentar y proyectarse espacialmente.

    Teniendo en cuenta estas dos posturas, podríamos ya hablar de un movimiento filosófico, la fenomenología, en la que Merleu Ponty hace una profunda reflexión que da un vuelco a lo ya propuesto hasta el momento. Y es que Ponty plantea que el cuerpo no está en el espacio sino que es un espacio vivido. Podríamos decir que existe una constitución mutua, donde el cuerpo no es un sujeto separado del mundo sino que el cuerpo se convierte en un medio para estar en él, para comprender y para darle una significación. El hecho de percibir es un acto simultáneo entre el sujeto perceptor y el espacio percibido donde se desdibujan los límites entre interior y exterior, un juego entre el idealismo y la materialidad, entre lo objetivo y lo subjetivo.

    Pero hay una perspectiva que complementa a estas proposiciones, y es la proyectada por Heidegger, quien hace planteamientos desde el habitar. Y es que tenemos un conocimiento equivoco sobre lo que es habitar, o al menos eso parece decirnos Heidegger; pues banalmente creemos que el acto / acción de habitar es ocupar determinado lugar, pero, él nos dice que habitar no es simplemente ocupar un lugar sino que es la fundación de una relación existencial con el espacio. El cuerpo no solo está en movimiento dentro del espacio sino que poéticamente lo construye de manera tal que logra generar vínculos que van más allá de la funcionalidad para ser una experiencia existencial profunda.

    Como ejemplo a estas posturas, un ejemplo que logra significar esta relación entre cuerpo y espacio es la capilla Notre dame du Haut (Ronchamp) por Le Corbusier es un buen ejemplo pues esta no es solo un edificio que contiene sino que es un espacio que se experimenta totalmente con el cuerpo. Muros curvados, irregularidad en las ventanas y al posar en una sinuosa topografía invitan directamente a moverse en ella, generando así un experiencia espacial que modifica la percepción constante del visitante.

fr.wikipedia.org/wiki/Chapelle_Notre-Dame-duHaut

    El cuerpo no sólo recorre la supeditada espacialidad construida sino que puede generar diversidad de lecturas espaciales; la iluminación que ingresa por las ventanas de tamaños y ángulos diferentes, los muros que parecen no soportar la gran cubierta, muros que sugieren respirar y cambiar según la posición de quien observa el espacio crean una experiencia donde el cuerpo se encuentra en un espacio múltiple y dinámico.

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    Desde esta perspectiva, la arquitectura deja de ser el arte de construir y da paso a la concepción de la arquitectura como práctica fenomenológica donde el cuerpo es el elemento mediante el cual se comprende y significa un espacio. Entender la arquitectura no como disciplina que diseña estructuras vacías sino que también las carga de experiencias que le permitan al hombre conectarse de nuevo con la dimensión existencial mediante el espacio

    La relación entre cuerpo y espacio trasciende lo meramente geométrico para convertirse así en una experiencia existencial. La arquitectura no es construcción estática, sino un campo dinámico, el espacio deja de ser un contenedor y pasa a ser un territorio vivencial, donde cada movimiento, cada percepción, cada encuentro corporal genera nuevas lecturas y sentidos .

    ¿Deberíamos repensar la relación con el entorno? Quizás si, pero también deberíamos comprender que el espacio no es un espectro externo y objetivo, sino mas bien un espectro vivencial y subjetivo en el que la arquitectura logra configurarse como un diálogo continuo entre el ser humano y su entorno, un diálogo que no se construye con palabras, sino que se construye con la experiencia sensible de habitar que es algo que va más allá de los muros.

David Santiago Losada

Crítica de la arquitectura - Cuerpo y espacio

Escuela de Arquitectura y Urbanismo

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