La esencia del construir y habitar

Heidegger dice que habitar es el rasgo fundamental del ser humano, lo que significa que la relación del hombre con el espacio no es únicamente una ocupación funcional, sino que constituye una forma de ser y de estar en el mundo. En este sentido, construir no es meramente un medio para habitar, sino una expresión de esta necesidad intrínseca. Al decir “construir, pues, en el sentido de cuidar y cultivar, no es producir”, hay un rechazo a la idea de la construcción como una actividad meramente técnica orientada a la productividad y al consumo. Por el contrario, plantea que construir implica un acto de cuidado y atención, una manera de preservar y dar forma al mundo habitado.

Desde esta perspectiva, construir no se limita a erigir estructuras físicas, sino que da lugar a espacios significativos que permiten a las personas arraigarse en su entorno y conectar con algo más profundo. Es aquí donde aparece la idea de “lo cuadrante”, un concepto central en su pensamiento, que hace referencia a la integración armónica de los cuatro elementos fundamentales: Tierra, Cielo, Divinos y Mortales. La Tierra simboliza lo material, lo sólido y lo que sostiene la vida; el Cielo, la vastedad, el tiempo y las condiciones variables que nos envuelven; los Divinos representan lo trascendental, el misterio y lo sagrado; mientras que los Mortales somos los seres humanos, cuya existencia es finita y constantemente enfrentada por la búsqueda de sentido.

“El puente recolecta la Tierra como comarca en torno al río. Así la conduce a través de las praderas.” Estas palabras de Heidegger ilustran cómo el puente, más allá de ser una construcción funcional destinada para unir puntos físicos, se convierte en un elemento que otorga significado al espacio que ocupa. En este sentido, el puente no se limita a ser una estructura que facilita el tránsito, sino que actúa como un mediador entre la naturaleza y el ser humano, integrando los elementos del habitar creando un lugar lleno de sentido. El puente no solo conecta orillas, sino que recoge la esencia del entorno que atraviesa, transformándolo en un paisaje habitable. Recolecta la Tierra al articular las zonas que rodean el río, dándoles cohesión y sentido. Al mismo tiempo, dirige la mirada hacia las praderas y el curso del agua, invitando a experimentar el lugar de una manera más plena. Esta capacidad de integrar y revelar el espacio convierte al puente en algo más que un objeto técnico, pues recoge, protege y pone en relación los elementos fundamentales de la existencia.

Chillida, conocido por sus esculturas monumentales que vinculan el espacio y el paisaje. En obras como "El Peine del Viento". Las formas de hierro que se integran con el mar y el viento no solo existen en el espacio, sino que lo redefinen, invitando a los espectadores a experimentar y habitar ese lugar de manera única se busca involucrar al espectador en una experiencia sensorial y reflexiva. Este enfoque resuena con la idea de que el construir genuino es un acto de cuidado y cultivo, donde se protege la esencia de lo humano y lo natural.

Para ambos, Heidegger y Chillida, el espacio no es un mero vacío, sino algo que se revela a través de las cosas que lo constituyen. Chillida trabajó constantemente con la idea del "vacío" como un elemento activo. En piezas como "Elogio del Horizonte", el vacío es lo que da sentido a la obra, creando un marco para contemplar el paisaje y redefinir nuestra relación con el entorno. El hierro no lucha contra el entorno.

Heidegger, al hablar del puente, explica que éste crea un lugar y, con ello, permite que el espacio se manifieste. Similarmente, las esculturas de Chillida generan lugares donde el espacio adquiere significado, transformándose en un punto de encuentro entre los elementos de lo cuadrante.

“Habitamos no porque hayamos construido, sino que construimos y hemos construido, en cuanto habitamos, esto es, en cuanto somos habitantes.” Heidegger refleja la profunda conexión entre el acto de habitar y la esencia del ser humano. Habitar no es simplemente ocupar un espacio físico, sino un modo fundamental de estar en el mundo, de relacionarse con el entorno y de construir un sentido de pertenencia. Por su parte, Chillida describió su trabajo como “dibujar en el espacio”, una búsqueda constante de diálogo entre sus esculturas y los lugares donde estas se emplazan. Para él, la escultura no era un objeto autónomo, sino una forma de revelar y armonizar el espacio, de darle sentido y profundidad al entorno.

Construir, pensar, esculpir, habitar: estas acciones, en su esencia más pura, son manifestaciones de nuestra capacidad de establecer relaciones significativas con el mundo, de transformar el espacio en lugar y el tiempo en experiencia, el construir se revela como un arte de habitar, donde habitar no es un acto secundario del construir, sino su origen y su destino final.

Comentarios

  1. Es interesante ver como el vacío tanto en la filosofía de Heidegger como en las esculturas de Chillida, no se entiende como una ausencia, como la falta de algo, sino como un espacio cargado de potencialidad y significado pues es éste el que permite que el espacio sea activo y tenga sentido con relación a su entorno.
    En Chillida el vacío enmarca y guía a un espectador mientras que en Heidegger el espacio se revela a través de las cosas y no existe de manera independiente de ellas. Podríamos plantearnos la pregunta de ¿Qué tan crucial es el vacío para crear experiencias significativas en la arquitectura? y también plantear que el vacío es ese 'espacio intermedio' ese 'intersticio' entre la cuadratura o las paradojas de la dualidad como el bien y el mal, blanco o negro.

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  2. Me parece interesante cómo recalca como Heidegger analiza la arquitectura a través de los cuatro elementos fundamentales: Tierra, Cielo, Divinos y Mortales, ya que creo que plantea un enfoque más profundo del diseño, donde el espacio construido no es solo una respuesta funcional, sino una manifestación del habitar humano en su totalidad que a su vez nos conectan con lo desconocido, con lo que va más allá de lo tangible y que muchas veces da sentido a nuestra forma de pensar arquitectura.

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  3. pienso que la percepción de las ideas terrenales y divinas nos evocan a perspectivas diversas que buscan suplir necesidades o ideales muy diversos pero enfocados a la paz, tranquilidad y relación conjunta de los espacios, recalcando como Heidegger y chillida relacionan un todo con un vacío "Para ambos, Heidegger y Chillida, el espacio no es un mero vacío, sino algo que se revela a través de las cosas que lo constituyen. Chillida trabajó constantemente con la idea del "vacío" como un elemento activo. En piezas como "Elogio del Horizonte", el vacío es lo que da sentido a la obra, creando un marco para contemplar el paisaje y redefinir nuestra relación con el entorno. El hierro no lucha contra el entorno."

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  4. Es muy diciente la relación de la obra de Chillida con la noción del construir como un acto más allá de lo técnico, como el acto de cuidado y cultivo que dota de significado al espacio habitado, especialmente en su tratamiento del vacío como un elemento activo. En su trabajo, Chillida no solo ocupa el espacio, sino que busca revelarlo, lo enmarca y lo resignifica. En Elogio del Horizonte , por ejemplo, el hierro no impone un límite, sino que permite que el vacío dialogue con el paisaje, marcando la inmensidad del mar y dando un sentido nuevo. Este enfoque refuerza la idea de que habitar no es simplemente ocupar un lugar, sino generar relaciones con el entorno, encontrando significado en lo que nos rodea.

    Sin embargo, si el espacio se define a partir de estas relaciones, ¿qué ocurre cuando esas relaciones se fragmentan o se pierden? En un mundo donde el entorno construido está cada vez más regido por la velocidad, la eficiencia y la producción en masa, ¿sigue siendo viable de la misma manera, que la arquitectura mantenga su capacidad de revelar y marcar el ser en el mundo? O, más allá de eso, si habitar es la esencia del ser humano, ¿qué sucede con nuestra existencia cuando nos sentimos ajenos al espacio que ocupamos?

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  5. Interesante porque nos hace repensar sobre el significado verdadero de las construcciones, por ejemplo Para Heidegger, como decias en el texto, un puente no es simplemente una estructura funcional que conecta dos puntos físicos, sino que desempeña un papel fundamental en la configuración del espacio y en la relación del ser humano con su entorno. Esta perspectiva en la que el acto de construir es, en esencia, un acto de habitar. El puente, no solo conecta dos lugares, sino que también creamos atmosferas que permiten a los mortales (las personas que cruzan) el habitar en armonía con la naturaleza y bajo lo sagrado. El puente, por tanto, no solo conecta físicamente dos puntos, sino que también reúne y da sentido a los elementos del entorno, transformando el espacio en un paisaje lleno de significado y habitabilidad. Por esta razon es importante que de confort, un puente no logra esto sino genera esas sensaciones en las personas, no cumple estas condiciones si solo se construye, o si presenta arquitectura hostil en su resultado. Importante para reflexionar acerca de las verdaderas construcciones y el habitar coexistan en un mismo lugar. Pero no solo puede ser en un puente sino en todas las construcciones en general, ahora mismo pienso en las viviendas VIS, si un lugar no conecta, no tienen en cuenta estos puntos importantes, del cielo, la tierra, lo divino y lo mortal, realmente no generan un habitar verdadero dentro del lugar.

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