ANÁLISIS CASA - ESTUDIO LUIS BARRAGÁN
ANÁLISIS CASA - ESTUDIO LUIS BARRAGÁN
Sharik Valentina López Riaño
Crítica de la Arquitectura – 2024 II
La Casa-Estudio de Luis Barragán es una de las obras más emblemáticas de la arquitectura moderna en México y un reflejo del pensamiento arquitectón
ico de su creador.
Fue construida en 1948 en la Ciudad de México, esta vivienda no solo fue su hogar, sino también un “laboratorio” en el que exploró la relación entre la luz, el color, la materialidad y la espacialidad. Su diseño fusiona influencias del Movimiento Moderno con la tradición arquitectónica mexicana y una atmósfera de contemplación propia de los espacios monásticos.
A lo largo de su recorrido, la casa se presenta como un conjunto de espacios que se revelan de manera progresiva, generando sensaciones de intriga, intimidad y descanso. La interacción entre la arquitectura y la naturaleza es clave en la experiencia del usuario, convirtiendo cada rincón en un lugar de recogimiento y reflexión.
Desde el exterior, la Casa-Estudio Luis Barragán se muestra como una estructura cerrada y enigmática. Su fachada principal de color gris y su volumetría maciza transmiten una sensación de hermetismo, sin embargo, despierta curiosidad en el visitante a través de ciertos detalles que sugieren que lo que se esconde detrás de sus muros es más complejo de lo que parece a simple vista. Todo esto va acompañado de acentos de color en las puertas de acceso y una torre en la terraza, dejando con intriga al espectador sobre la distribución de sus espacios.
Al cruzar el umbral de la entrada, el ambiente cambia por completo. El vestíbulo actúa como un espacio de transición que nos aísla del exterior y nos prepara para la experiencia espacial de la casa. La calidez de la madera, combinada con la blancura de los muros asimétricos, crea una sensación acogedora y de resguardo.
Uno de los elementos más impactantes del interior es la escalera principal, que emerge con solidez desde el suelo oscuro de piedra volcánica. Su presencia se siente como si hubiera sido esculpida directamente en la estructura del edificio, creando un fuerte contraste con la pureza de los muros blancos. La luz natural juega un papel esencial en este espacio, acentuando la geometría de los volúmenes y destacando la interacción entre luz y sombra. Además, en las paredes laterales, los toques de color generan una vibrante contraparte visual, añadiendo dinamismo al conjunto.
El área de estar, de doble altura, es un espacio donde la materialidad y la luz se conjugan para evocar una sensación de calma y conexión con la naturaleza. La madera, los textiles y las pieles utilizadas en el mobiliario hacen referencia a la atmósfera de las casas mediterráneas. Un gran ventanal se abre hacia el jardín, permitiendo que la vegetación forme parte de la experiencia interior y generando un vínculo directo con el exterior. El diseño del marco de la ventana, cuidadosamente oculto en la fachada, refuerza la sensación de continuidad entre los espacios. En este ambiente, Barragán introduce muros de media altura que delimitan distintas zonas sin romper la unidad espacial, permitiendo que el espacio fluya de manera orgánica.
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En la biblioteca, una delgada escalera de madera se integra de forma sutil con una puerta del mismo material, dando la impresión de un elemento monolítico que dialoga con la ligereza de la escalera. Esta composición genera una conexión con la narrativa espacial de la casa, donde cada elemento parece responder a un lenguaje arquitectónico coherente. El mobiliario y la iluminación tenue hacen de la biblioteca un lugar propicio para la lectura y la introspección. Subiendo por la escalera, se accede a un pequeño estudio cuyas paredes no llegan hasta el techo, lo que permite mantener una sensación de apertura y continuidad con el resto de la casa, a pesar de tratarse de un espacio privado.
Desde la biblioteca se accede a un taller con techo inclinado de madera, iluminado por una ventana elevada que permite la entrada de luz natural de manera abundante y controlada. A través de una puerta rosada, se llega a un patio en el que dos elementos dominan la escena: la vegetación y el agua. Este espacio, que funciona como un respiro dentro de la casa, nos lleva a un jardín interior donde la naturaleza crece de manera libre e irregular, estableciendo un fuerte contraste con la geometría precisa de la edificación.
Uno de los aspectos más notables de la casa es la manera en que Barragán sitúa las ventanas, respondiendo a las necesidades de cada espacio en lugar de seguir criterios puramente estéticos. El gran ventanal de la estancia principal enmarca la vista del jardín y refuerza la conexión con el exterior, mientras que la ventana alta del desayunador permite la entrada de luz de manera controlada, garantizando privacidad sin comprometer la iluminación natural.
En el nivel superior se encuentran las habitaciones, diseñadas con una estética sobria y elegante. Los muros blancos y la iluminación natural generan un ambiente sereno, ideal para el descanso. Finalmente, un último espacio de transición, a modo de vestidor, nos conduce a la terraza. La circulación hacia este espacio se da a través de una escalera estrecha y oculta, lo que intensifica la sensación de sorpresa al llegar a una terraza amplia y abierta, llena de color y vegetación.
Para finalizar, la Casa – Estudio Luis Barragán no es cualquier obra arquitectónica, sino una experiencia que se vive a través de sus espacios. A lo largo del recorrido, el juego de contrastes entre luz y sombra, apertura y clausura, modernidad y tradición, permite construir una narrativa espacial que guía a las personas a través de distintas emociones, pensando en cada rincón de la casa como una sensación específica, desde la intimidad del vestíbulo hasta la amplitud y libertad de la terraza. Demostrando que no solo se puede responder a una lógica funcional, sino también evocar recuerdos mediante una atmósfera de calma y reflexión a la que le agrega sutilmente mediante el color, la luz y la materialidad una conexión entre el ser humano y su entorno, convirtiendo esta casa en un refugio dentro del caos urbano.
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