El paisaje como ser
La principal labor de la arquitectura es delimitar el
espacio por medio de operaciones, comúnmente esta delimitación se asocia con
los tres elementos básicos de la arquitectura; el recinto (limitación
horizontal, continuidad vertical), el Aula (Limitación Horizontal y vertical) y
el porche (Limite vertical, continuidad horizontal). Siendo las casi infinitas
operaciones entre estos 3 elementos básicos lo que desarrollan la arquitectura
en su forma más elemental; Sin embargo, la arquitectura no es únicamente la
delimitación del espacio, si así lo fuera sería únicamente una acción (Construir).
El espacio arquitectónico es entonces algo más que una
simple delimitación, es el lugar en donde el ser se hace más presente. En donde
soy consciente de mi existencia y de la existencia del otro, en donde concibo
que existo no solo en carne, también en espíritu dentro de un lugar que me hace
ser consciente, tanto de lo que me rodea, como de lo que yo rodeo.
En la relación entre cuerpos que Menciona Patočka el lenguaje
es el mecanismo primordial para establecer una conexión interpersonal; es no
solo una herramienta que permite comunicar mis ideas con otros, también es la
prueba de un proceso histórico evolutivo de la civilización, el español que
hablamos hoy día no es el mismo que se hablaba hace 100 años, y de lejos no
concuerda a como lo hablaban los colonizadores españoles.
Otro factor primordial para Patočka es como el ser humano es
capaz de ubicarse únicamente en relación con otras personas (triangulación), como
si mi existencia estuviera condicionada a ser reconocido, no a profundidad por
nombre y apellido, pero si por mi presencia. Sin embargo, podría decirse que
existe un “algo” que da condición a la existencia de nosotros que no es
necesariamente una persona, siendo este algo el paisaje que nos rodea.
El mundo que nos rodea condiciona nuestra existencia según
su ubicación, clima, características bióticas entre muchos otros factores que lo
convierten en un “ser” vivo que también da cuenta de nuestra existencia y
nosotros damos cuenta de su existencia.
En resumen, la arquitectura no solo es la delimitación
espacial, es también lo que ocurre en su interior, las conexiones
interpersonales que propicia, además de como dialoga no solo con sus habitantes,
también con el paisaje que lo rodea; puesto que una construcción, por más
pequeña que sea, cambia el paisaje permanentemente.
La fundación Ibere Camargo fue diseñada por el arquitecto Álvaro
Siza entre 2007 – 2008 y construida en Porto Alegre Brasil, ganador de un
concurso que buscaba exhibir la colección de uno de los pintores expresionistas
más importantes de Brasil
| Fundación Iberê Camargo |
La propuesta de Álvaro Siza hace tanto al habitante como al
proyecto estar en constante dialogo, ya sea entre espacios o entre el edificio
y el paisaje, sus formas irregulares permiten un dinamismo constante en estas interacciones
y la materialidad busca ser muy sencilla para evitar opacar el foco de la construcción.
La relación entre la obra y el paisaje que la rodea es
sencilla en concepción pero compleja en su ejecución, ubicada cerca de una vía
costera se contiene en tres ambientes muy dispares entre si, siendo por una
parte el mar, un elemento de la naturaleza predominantemente horizontal y homogéneo;
por otra parte una vía vehicular, una de las mayores pruebas del desarrollo
humano y de su presencia en el mundo; por último, una frondosa arborización que
cubre una colina relativamente empinada, y que resulta siendo un cómodo aislamiento
de la fundación con otras construcciones. Álvaro Siza establece una relación constante
con su entono por medio de vanos y vacíos, que permiten ver lo que ocurre
afuera, pero siempre variando la forma y
disposición e estos vacíos para que la interacción con el espacio sea única, el
paisaje se convierte entonces en un cuadro único y enmarcado de diversas maneras,
que me permiten ser consciente de lo que ocurre en el exterior, pero entendiendo
mi relación con el interior.
En el interior de la galería la relación entre espacios cambia completamente, siendo una serie de recintos parcialmente limitados por medio de diferentes alturas o antepechos y estableciendo una relación con el cielo por medio de grandes lucernarios, estas exploraciones espaciales me permiten una cosa muy clara, y es la capacidad de estar presente en un espacio, con sus características únicas, pero a la vez ser consciente de lo que ocurre en otros lugares al interior (soy consciente de lo que soy a través de otros). Este dialogo infinito entre espacios hace que todo varie, hasta el espacio ya construido, siendo este un ser que, al igual que el ser humano, es consciente de su existencia a través de los que lo habitan.
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