La Casa Eames, construida desde el habitar y el residir.

La Casa Eames, construida desde el habitar y el residir.

Heidegger en su texto  “Construir, Habitar, Pensar” plantea que el acto de construir debe estar ligado al verdadero significado de habitar. No se trata solo de edificar estructuras, sino de generar espacios que permitan una relación armónica entre el ser humano y su entorno. Introduce la Cuaternidad (Tierra, Cielo, Divinos y Mortales) como clave del habitar auténtico, resaltando el cuidado y respeto por la esencia del lugar. En base a estas ideas se elige a la Casa Eames, construida por Charles y Ray Eames en 1945, como ejemplo para develar el habitar y el residir a partir de la noción de espacio que plantea Heidegger. Para ello se desarrollan 3 ideas principales: 

Imagen tomada de: Eames Office. (s.f.). Case Study House #8. Recuperado de https://www.eamesoffice.com/the-work/case-study-house-8/

1. Construir como acto de habitar

Heidegger sostiene que "construir" no es solo el acto técnico de edificar, sino que debe estar ligado al "habitar" en un sentido más profundo, construir implica habitar: “No habitamos porque hemos construido, sino que construimos y hemos construido en la medida en que habitamos.” (Heidegger, 1951 p.130) En este sentido la Casa Eames se concibe desde el habitar gracias a su posibilidad de ser modificada durante su proceso de construcción, este proceso le permite a su diseñador dar cambios en consecuencia a su experiencia con el espacio. Como resultado los espacios no son meramente funcionales o matemáticamente definidos, sino que son flexibles y adaptables, permitiendo diferentes usos y experiencias, con el objetivo de resguardar lo que Heidegger determina como la cuaternidad, lo que lleva a la siguiente idea.

Imagen tomada de: Eames Office. (s.f.). [Fotografía de la Casa Eames, interior]. Recuperado de https://www.eamesoffice.com/wp-content/uploads/2014/03/HO_UCn017.jpg 

2. El habitar y la relación con la Cuaternidad

Heidegger introduce el concepto de la "Cuaternidad": Tierra, Cielo, Divinos y Mortales. En el salvar la tierra, en el recibir el cielo, en la espera de los divinos, en la conducción de los mortales, acontece de un modo propio el habitar como el cuádruple cuidar (velar por) de la Cuaternidad.(Heidegger, 1951 p.132)  En la Casa Eames, esta relación se ve reflejada en un inicio desde la manera en que se inserta en el paisaje sin alterarlo radicalmente. Su estructura liviana y su integración con la vegetación permiten que la naturaleza sea parte activa del habitar.

En lo que respecta a recibir el cielo en la casa, la iluminación natural resultado de las amplias ventanas y la relación con el exterior es posible que los fenómenos naturales (luz, sombras, clima) influyen en la experiencia del espacio.

Aunque Heidegger vincula lo divino con lo trascendental, en la Casa Eames se podría interpretar como el espíritu del diseño y la filosofía del "buen vivir". En relación a los mortales y su condición justamente de mortalidad y de aceptar este único fin, Charles y Ray Eames hacen de la casa un espacio para poder tener “una buena muerte” desde la calidad de su espacio que busca cuidar su situación humana, lo que literalmente sucede, pues la pareja vive en la casa hasta el día de su muerte.

Imagen tomada de: Eames Office. (s.f.). Case Study House #8. Recuperado de https://www.eamesoffice.com/wp-content/uploads/2014/03/HO_EXt130tsp.jpg 

3. Residir junto a las cosas

La Casa Eames no es solo una estructura donde se duerme y se trabaja, sino un espacio diseñado para acompañar el ritmo de la vida moderna. Su concepción modular y abierta permite una fluidez entre vivir, crear y trabajar, reflejando la dinámica descrita por Heidegger: ““Cuando hablamos de morar, nos representamos generalmente una forma de conducta que el hombre lleva a cabo junto con otras muchas. Trabajamos aquí y habitamos allí. No sólo habitamos esto casi sería inactividad” (Heidegger, 1951 p.129) . En la Casa Eames, no hay una separación rígida entre el hogar y la actividad profesional; el diseño fomenta la integración de distintas facetas de la vida.

Asimismo, la flexibilidad de los espacios en la Casa Eames responde a la movilidad del ser humano moderno, quien viaja, trabaja y reside en distintos lugares a lo largo del tiempo. En este sentido, la casa no es solo un punto fijo, sino un entorno adaptable que permite el habitar en movimiento, alineándose con la idea heideggeriana de que habitar no es estar estático, sino participar activamente en el mundo.

La Casa Eames ejemplifica la noción heideggeriana de habitar, entendida como un acto que trasciende la mera construcción para establecer una relación armónica con el entorno. Su diseño flexible y adaptable permite experiencias espaciales dinámicas, alineándose con la Cuaternidad de Heidegger: respeta la tierra al integrarse con el paisaje, recibe el cielo mediante la iluminación natural, refleja lo divino en su filosofía de diseño y acompaña a los mortales hasta el final de su vida. Además, su estructura abierta fusiona lo doméstico con lo creativo, mostrando que habitar implica interactuar activamente con el mundo y sus transformaciones.

Referencias Bibliográficas 

Comentarios

  1. “No habitamos porque hemos construido, sino que construimos y hemos construido en la medida en que habitamos."
    Esta frase del texto me genera un interrogante, ya que a lo largo de nuestra formación como profesionales aprendemos a diseñar espacios para ser habitados, pero pocas veces nos cuestionamos: ¿qué es habitar? ¿Existen diferentes modos de habitar y a qué responden estos modos?

    En arquitectura recurrimos a conceptos de diversas disciplinas porque la arquitectura es una conjunción de muchas. Como señala el texto, construimos en la medida en que habitamos, y nuestro habitar está determinado por nuestra relación con el entorno directo. Esta relación define cualidades esenciales del espacio, como la posibilidad de desarrollar distintas actividades, habitar tanto en la esfera privada como en la pública y participar en la sociedad.

    Espacios así requieren características como las que describe Heidegger: “En el salvar la tierra, en el recibir el cielo, en la espera de los divinos, en la conducción de los mortales, acontece de un modo propio el habitar como el cuádruple cuidar (velar por) de la Cuaternidad.” (Heidegger, 1951, p.132).

    La Casa Eames ejemplifica esta noción a través de su flexibilidad espacial y su relación armónica con el entorno. Su estructura modular permite una configuración adaptable a distintas necesidades, mientras que su fachada de vidrio y su integración con la vegetación crean una conexión directa con el exterior. La iluminación natural y la relación entre los espacios interiores y exteriores refuerzan la idea de habitar en sintonía con el paisaje, haciendo de la casa un espacio vivo y dinámico.

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