La Percepción en la topografía, Análisis sobre Another Place y la Piscina das Marés
La arquitectura y el arte configuran la experiencia espacial del ser humano, influyendo en su relación con el entorno. Esto, complementado por la fenomenología, desempeña un papel clave en la configuración del campo topográfico, los horizontes y los límites, determinando cómo el espacio es percibido e interpretado. Temas como la espacialidad, la comunidad y la percepción del paisaje han sido discutidos en las teorías fenomenológicas de autores como Jan Patočka, Libor Vesely, Alberto Pérez Gómez y David Leatherbarrow. El texto busca explicar estas relaciones e ideas a través de proyectos como Another Place de Antony Gormley y la Piscina das Marés de Álvaro Siza, los cuales permiten demostrar cómo los fenómenos interactúan con el cuerpo y el paisaje, y cómo la topografía se convierte en un elemento fundamental en la experiencia arquitectónica. Para entender la relación entre topografía y fenomenología, se abordará la visión de Alberto Pérez Gómez, quien establece que la percepción del espacio está condicionada por la decantación de la experiencia a través de capas sucesivas. Esta fragmentación en extractos se manifiesta en tres elementos fundamentales: la topografía, la visibilidad y la orientación, cada uno ligado a los sentidos humanos, los cuales nos permiten percibir y relacionarnos con los espacios de manera diferente.
La instalación Another Place de Antony Gormley es una exploración del cuerpo en el espacio y su relación con el paisaje. Constituida por esculturas humanas de hierro distribuidas a lo largo de la playa de Crosby en Inglaterra, estas figuras se ven afectadas por las mareas, quedando sumergidas o expuestas según el nivel del agua. Este proyecto encarna las ideas propuestas por Jan Patočka, quien sostiene que el individuo solo puede localizarse a sí mismo en relación con otros cuerpos y el entorno. Aquí, la topografía de la obra no es fija; cambia constantemente dependiendo del agua, la luz y la posición del espectador.
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Imagen Obtenida de: Another place, another public space. Medium. |
La instalación fragmenta el paisaje en diferentes niveles de percepción: las esculturas fijas en el suelo funcionan como puntos de referencia en un horizonte cambiante. A su vez, la relación entre los visitantes y la obra forma una cuadratura entre el cuerpo, el espacio, la naturaleza y la comunidad, convirtiendo la instalación en un campo de participación y reflexión, característica fundamental en los trabajos de Gormley. Este concepto de topografía en movimiento también puede relacionarse con las exploraciones de James Turrell, quien trabaja la percepción de la profundidad y la luz para transformar la experiencia espacial. Según David Leatherbarrow, la topografía no es simplemente el suelo, sino un perfil inmaterial que aparece y desaparece, configurando la relación entre los cuerpos y la tierra. Another Place ejemplifica esta idea al generar una topografía mutable que redefine continuamente el horizonte.
Por otra parte, el proyecto Piscina das Marés, diseñado por Álvaro Siza en 1966, es un claro ejemplo de cómo la arquitectura refuerza la relación entre el individuo, la comunidad y el paisaje. Ubicada en Leça da Palmeira, Portugal, la piscina se integra con la costa rocosa, utilizando el relieve natural para definir sus límites en lugar de imponer una estructura ajena al entorno. Esta estrategia arquitectónica está en sintonía con la idea de Vesely sobre el espacio comunitario, en el cual la topografía y la orientación permiten generar experiencias colectivas dentro del territorio. El proyecto también se vincula con el pensamiento de Sadler Wells, quien explora la relación del cuerpo con el espacio a través del movimiento y la percepción sensorial. En la Piscina das Marés, el usuario transita entre distintas capas de experiencia: el acceso desde la ciudad, el descenso hacia la piscina y la inmersión en el paisaje, donde el horizonte marino se funde con el espacio construido.
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Imagen obtenida de: Ahaus Arquitectos. (s.f.). Piscina das Marés, Siza. |
Estas reflexiones, sustentadas en los planteamientos de Patočka, Vesely, Pérez Gómez y Wells, revelan que habitar un espacio es mucho más que ocuparlo: es participar en su construcción material y experiencial.
Me parece que el texto articula la fenomenología con la arquitectura de una manera interesante; demuestra el espacio como una experiencia que permanece dinámica. Tienes razón al remarcar que el espacio no es algo estático, sino una construcción y un paisaje que abarca el cuerpo y es completamente sensorial. Los otros ejemplos de apropiación de los conceptos de Another Place y Piscina das Marés también son bastante interesantes, ya que permiten comprender cómo la infraestructura topográfica y sensorial cambia nuestro modo de usar el entorno. Por lo tanto, diría que vale la pena hacer la misma observación después de que el enfoque en la experiencia personal en ambos casos terminara en el entrelazamiento de la frontera entre los espacios privados, públicos y la naturaleza misma: los espacios públicos son entendidos por Vesely como "espacios comunitarios", mientras que las fronteras naturales tienden a convertirse en vínculos de conexión entre las personas y su entorno. Me deja pensando en cómo los arquitectos, tenemos la responsabilidad de diseñar espacios que promuevan estas experiencias más profundas y significativas.
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