Una casa que teje el cuerpo, el horizonte y la comunidad.

La casa tejida / Cundinamarca 

tomado de: https://www.archdaily.co/co/961141/casa-tejida-santiago-pradilla-plus-zuloark/6091b191f91c815b66000017-casa-tejida-santiago-pradilla-plus-zuloark-foto?next_project=no


La casa tejida es una vivienda rural ubicada en la región de Cundinamarca, diseñada principalmente por el arquitecto Santiago Pradilla, junto con la oficina de zuloark pero construida y modificada de manera colectiva junto a la comunidad cercana al municipio de Nocaima, en una vereda fiscal. Es un proyecto experimental que representa, en su esencia, un espacio de transformación donde lo individual y lo colectivo se juntan. Más que un espacio tangible, manifiesta ser un lugar vivo. En el se combinan el saber tradicional y el contemporáneo, generando un diálogo continuo entre quienes la construyen y su entorno. Este lugar representa la conexión entre el pasado, el presente y el futuro. Haciendo que el concepto de la casa se materialice y se alinea de paso las ideas del filósofo Jan Patočka, quien explora la condición humana a través de la relación entre el individuo, la temporalidad y el sentido de pertenencia a una comunidad.

En su fenomenología, manifiesta que el cuerpo humano no solo es un objeto físico sino que por medio de él se experimenta el primer contacto para tener la condición de entender el espacio a través de tres escalas: mi cuerpo, la comunidad y el mundo compartido en un contexto más grande. 
La primera etapa que se llama: el cuerpo corresponde a la primera experiencia íntima con el lugar. Se centra en explorar el entorno de forma física y emocional, comprendiendo su geografía, clima, historia y las dinámicas dentro de la casa a través de la experiencia corporal. Este acercamiento, permite que el diseño surja a partir de cómo se vive y se siente el espacio, te permite percibir cómo caminas y mueves dentro de ella. El concepto de las habitaciones abiertas favorecen tu movimiento, mientras que la circulación fluida entre los espacios crea una sensación de amplitud y continua, así como sin barreras. Asimismo, los materiales de construcción de la casa como la madera en las paredes y algunos detalles fomentan esta conexión con el entorno, provocando una sensación de calidez que invitan quien la recorra a una introspección que favorece una experiencia profunda del espacio.




El cuerpo experimentando la casa.
tomado de: https://www.archdaily.co/co/961141/casa-tejida-santiago-pradilla-plus-zuloark/6091b191f91c815b66000017-casa-tejida-santiago-pradilla-plus-zuloark-foto?next_project=no

La segunda etapa, corresponde al espacio que compartimos con otras personas, en el que trasciende la experiencia personal para relacionarse con otros, construyendo un entorno compartido de comunicación, colaboración y responsabilidad mutua. Esla etapa en la que el ser humano deja de estar centrado únicamente en sí mismo para formar parte activa de un grupo social, creando lazos que le otorgan identidad y sentido de pertenencia. Esto se materializan a través de los espacios comunes con la disposición de la vivienda en su diseño colectivo. Permitiendo que compartan experiencias y se fomente el trabajo comunitario, creando un tejido social e invita a los miembros de la comunidad a interactuar de manera constante, a compartir momentos y a construir relaciones que trascienden la privacidad individual, sin embargo, esta etapa no es solo para los que habitan la casa, sino también se extiende hacia el entorno social y cultural de la vivienda, en este caso, Cundinamarca. Es así, como se convierte en un lugar de encuentro en el que las personas no solo se relacionan entre sí, sino que también participan activamente en el desarrollo y el bienestar del espacio de todos.


La tercera etapa corresponde al mundo compartido, aquí Patočka se refiere a el entorno más amplio que incluye todo lo que conoces (o incluso lo que ignoras). No solo lo que puedes tocar, sino también los lugares que imaginas o recuerdas. La casa tejida al estar suspendida no solo pertenece al terreno, sino que establece un diálogo con el horizonte abierto del paisaje andino. Sus materiales locales y ecológicos, como madera, bambú o piedra, no solo por sus propiedades estéticas y funcionales son parte de un compromiso consciente con el medio ambiente. Por otro lado, esta casa evoca construcciones de épocas pasadas mediante el uso de materiales tradicionales y la recuperación de principios de diseño antiguos, como la creación de espacios comunes amplios que fomentan la interacción social. Al integrar estas prácticas, la Casa Tejida no solo ofrece un espacio funcional, sino que también permite a los habitantes sentirse parte de un proyecto más grande, donde la sostenibilidad, el respeto por la cultura local y la responsabilidad colectiva hacia el planeta son fundamentales.


Finalmente, la Casa Tejida, en su proceso de interacción entre el cuerpo, la comunidad y el mundo compartido, encarna la esencia misma de la conexión entre el individuo y el colectivo. Este espacio no solo se entiende desde lo físico, lo tangible, sino también desde lo que no se ve y se liga a las relaciones de las personas y su actividad,  esta forma de entender el espacio, trasciende la intimidad del cuerpo, la interacción en comunidad y la relación con el mundo. Es el cuerpo, el espacio intermedio para la actividad, hace que la experiencia pueda trascender más allá del espacio tangible. Asimismo, al integrar tanto la tradición como lo tecnológico, cuya búsqueda es preservar y convivir con lo ecológico, la casa Tejida se convierte en un lugar de referencia en el que permite a los habitantes sentirse parte de una historia compartida, no solo del presente, sino de un continuo que abarca pasado, presente y futuro. 
El horizonte, como concepto actúa como una frontera en constante expansión. Jan Patočka Vivimos rodeados de posibilidades que, aunque no sean reales, nos afectan. Nuestro mundo se entrelaza con el horizonte de los demás, y cada cosa que conocemos (incluso lo que ignoramos) nos captura dentro de un horizonte compartido. La casa tejida, se relaciona en el paisaje andino, la casa parece no solo pertenecer al terreno, sino dialogar con el horizonte, creando una conexión fluida con lo que está más allá de sus muros. En este sentido, el vacío — entendido como un espacio no ocupado, no definido de manera rígida— se convierte en un elemento vital que invita a la imaginación, a la introspección y a la conexión con el entorno más amplio. 

Horizonte. 
tomado de: https://www.archdaily.co/co/961141/casa-tejida-santiago-pradilla-plus-zuloark/6091b191f91c815b66000017-casa-tejida-santiago-pradilla-plus-zuloark-foto?next_project=no
Para concluir, la casa  tejida es una casa que ofrece un espacio vivo, propicia el vinculo entre el ser humano, la comunidad y el mundo. Su diseño abierto y construcción en colectiva fomenta la transformación continua y a futuro, desde esas actividades se entrelazan, se une lo tangible con lo intangible.  La casa refleja desde el primer momento cómo el cuerpo es el primer vínculo para empezar a  experimentar el espacio, permitiendo que cada persona lo habite de manera íntima, mientras fomenta las relaciones sociales y la pertenencia a un proyecto más amplio que trasciende el tiempo.


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