Arquitectura, región, arraigo
Luces, materiales, límites, experiencias
La arquitectura, en su modo más esencial es un medio que permite expresar la identidad de un lugar. Desde la fenomenolofía de Marleau-Ponty hasta la reflexión sobre el 'habitar' que nos propone Patocka, las propuestas de Pérez-Gómez y el enfoque fenomenológico de Leatherbarrow nace una interrogante:
¿se pueden construir espacios que por medio de la luz y los limites materiales / visuales logren generar una experiencia enraizada profundamente a una región?
Marleau-Ponty de cierta manera nos hace una invitación a considerar la percepción corporal como un primer modo de reconocimiento del mundo en el que las experiencias vividas son claves para entender el entorno. En esta línea, la arquitectura no debe ser reducida unicamente a lo que llamamos forma o función, es la arquitectura ese escenario donde el cuerpo y la sensibilidad dialogan con es espacio en el que se habita. Además se debe hacer cuidado del 'ser' y la conexión con el entorno, como lo dice Patocka y que de cierto modo Pérez-Gómez también enfatiza al hablar sobre la dimensión simbólica y cutural.
Tal y como lo hace Peter Zumthor en las termas de vals, un proyecto paradigmático en como la luz puede transformar la forma en la que se percibe la espacialidad. Esta obra arquitectónica hace un despliegue de interacciones entre luz y materia, creando así una serie de límites visuales que no son más que una invitación a la contemplación y a una experiencia directa sin mediar palabras, sino la desvelación de una atmosfera única en la que los tiempos se funden.
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Termas da Vals, luz y límites |
Lo que ha logrado Zumthor es convertir la luz en un elemento activo en la arquitectura, esas cascadas de luz interactuan directamente con el espacio pero no solo eso, genera también los ya mencionados límites, solo que estos tienen la capacidad de transformarse a lo largo de día y según la temporada del año. Pero, ¿estas esrategias son suficiente para que refuercen el sentido de pertenencia a un lugar? Realmente no lo sé.
Reflexionar sobre la arquitectura en terminos de región y arraigo nos podría llevar al reconocimiento en terminos del valor de los proyectos arquitectónicos que aparentemente dialogan con el contexto. Es así que surge otra inquietud, ¿podemos redefinir el papel del arquitecto como una especie de 'narrador' de una identidad regional, mediante el uso de elementos para poder crear lugares que puedan ser refugios y también escenarios de encientro? Esto podría abrir un nuevo debate sobre el futuro de la arquitectura.
En la busqueda de posibles respuestas las diferentes preguntas, quizás hay dos obrras que aún desde perspectivas diferentes logran, a su manera, abordar los temás que he propuesto con mi título. El primero proyecto es 'casas de la luz' de Campo Baeza que no es un proyecto como tal pero es así como considero que se puede definir la praxis del arquitecto, donde una austera geometría y un color blanco profundo logran difuminar los límites entre interior y exterior. La luz es ese elemento no tangible pero muy importante pues es esta quien a lo largo del día reconfigura la percepción del espacio y 'transforma' los volúmenes haciendo que la casa logre integrarse con el paisaje como si de una extensión de este se hablase; esto le aporta un relato visual que a la vez le constituye una identidad experiencial de sensaciones y poesía, podríamos decir.
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Casa Janus, laberto Campo Baeza |
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Domus aurea, Alberto Campo Baeza |
Por otro lado, la casa de Chá da Boa Nova, de Álvaro Siza. Es quizás un icono de esa arquitectura que logra dialogar de una manera magistral con el entorno, es su caso un entorno costero. Y es que no es para menos pues, se encuentra ubicada en un acantilado que enmarca entre rocas y agua este proyecto.
Es una muestra de que la luz y la materialidad moldean el espacio; amplias aberturas y gradientes sutiles entre interior / exterior permiten la definición de límites que se transformas también (al igual que en Campo Baeza), a lo largo del día gracias a la luz que tambipen realza la atmosfera de la casa.
Siza se converte así en ese narrador sensible que crea un refugio para contemplar y generar una íntima interacción entre el cuerpo y el entorno, el espacio circundante, la naturaleza.
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 | Casa de té Boa Nova, Álvaro Siza Vieira
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Es con estos dos proyectos que aunque parecen disímiles por su contexto o por su materialidad, logran ciertamente compartir la capacidad de transformación de la percepción del espacio mediante la luz y el establecimiento de límites. Ambos proyectos logran reafirmar la idea de que la arquitectura es un actor puente entre la tradición y la mal llamada 'modernidad'.
Pero como no se responden del todo las interrogantes, nace una nueva, ¿cómo puede la arquitectura reconfigurar el papel del arquitecto? esto teniendo en cuenta la capacidad que tenemos como arquitectos de transmitir una historia y de plasmar de una u otra forma la esencia de un lugar, además de relacionarlo al dominio de la luz y la forma de manejar límites.
David Santiago Losada
Crítica de la arquitectura - Cuerpo y espacio
Escuela de Arquitectura y Urbanismo
2024_II
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