LA LUZ, EL ELEMENTO INCONMENSURABLE QUE LA ARQUITECTURA BUSCA CONTENER.
La luz, el elemento inconmensurable que la arquitectura busca contener.
La luz es un elemento fundamental en la
experiencia que genera un espacio. Desde el pasado, los arquitectos han
intentado contener y moldear la luz para generar atmosferas que brinde
experiencias más allá de lo plenamente funcional, llenando a la luz de significado
y un medio que comunica a quien la experimenta su aura. La luz, como fenómeno
inconmensurable, es imposible de medir o cuantificar en su totalidad, ya que no
tiene un limite ni una forma definida, es imposible de poseer en las manos,
pero paradójicamente si de direccionar en el espacio.
Actualmente, se ha explorado en esta
relación de la luz y la percepción que crean espacios que desafían la nación
tradicional del espacio arquitectónico a través de la luz. Es el caso de
artistas como James Turrel, Olafur Eliasson y Anthony McCall, quienes han
trabajado en crear atmosferas lumínicas que afecten y cambien la percepción de
quien experimenta el espacio con su cuerpo. Turrel, ha usado la luz como un
material tangible en obras como Skyspaces, donde la luz natural se entrelaza
con la artificial y cambian la percepción del cielo. Eliasson, en The Weather
Project, manipula la luz para crear una experiencia envolvente donde hace que
el espectador vea ese espacio totalmente diferente quede atrapado dentro de el.
McCall, a través de sus esculturas de luz proyectada, genera espacios efímeros
donde la luz se convierte en un volumen que evidencia su carácter material.
En arquitectura, el dialogo con la luz ha
sido explorado por arquitectos como Álvaro Siza y Tadao Ando. Siza ha usado la
luz como elemento estructural de sus obras, por ejemplo, en la Iglesia de Santa
Maria, donde la luz entra dramáticamente para dotar al espacio de una
espiritualidad profunda. No se limita a la forma física, sino que convierte la
obra en un lienzo donde la luz y la sombra empiezan a pintar y hacen que la
percepción del espacio varie a lo largo del día. Tadao Ando, ha busca una
relación entre la luz con el hormigo y el vacío, sus espacios buscan capturar
la luz de manera controlada buscando atmosferas de introspección y clama, por
ejemplo, en la Iglesia de la Luz, la apertura en forma de cruz permite que la
luz natural se convierta en el actor principal del espacio, buscando una
espiritualidad única. Para Ando, la luz no es solo un medio de visibilidad, sino un elemento
que define la esencia del espacio y la relación del ser humano con él.
En este sentido, la luz en la arquitectura
y el arte contemporáneo trasciende su función práctica y se convierte en un
lenguaje de comunicación cultural. La forma en que se modela la luz en un
espacio determina cómo este es percibido y experimentado, estableciendo una
relación directa con la emoción y la memoria del individuo.
Así, tanto en la obra de los artistas de la luz como en la arquitectura de Siza y Ando, la luz se convierte en un vínculo entre lo tangible y lo intangible, entre la materia y la percepción, entre la arquitectura y la humanidad. Es un recordatorio de que la experiencia del espacio es más que una cuestión de forma y función; es, en última instancia, un fenómeno cultural que nos conecta con nuestra esencia más profunda. Una esencia que nos da aquello que no podemos explicar que aunque este entre nosotros no podemos tocar, medir o contener, es la luz el elemento inconmensurable que se ha buscado manipular y que sin una materialidad tangible, convierte lo intangible en una experiencia corporal única.
Esteban Palencia Parada Bogotá D.C - 28/02/2025
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